lunes, 16 de noviembre de 2009

Unas justificaciones...

Para profundizar en nuestra crítica, vamos a explicar dos puntos específicos con más intensidad:

1) Un ejemplo ampara otra solución - fuera de la Conferencia - para el problema del cambio climático: La comunidad de transición.

2) En la última entrada, nosotros criticamos la Conferencia del clima en referencia a sus posibles resultados. Para justificarlo, vamos a explicar nuestros pensamientos sobre la desigualdad entre los países del mundo.


1) La comunidad de transición

La dirección hacia un nuevo rumbo en cuanto a energía y producción se refiere debe ser, además de ecológico, sostenible.

El petróleo es finito. Sin embargo, las energías renovables no se encuentran ante este problema. La producción de esta fuente de energía es necesaria, ya que, al igual que inagotable, no tiene repercusiones tan agresivas para el medio ambiente.
Los vehículos, por ejemplo, que funcionan a base de petróleo son máquinas contaminantes andantes. Sin embargo, los eléctricos, que ya están funcionando de manera positiva, son únicamente medios de transporte, sin necesidad de tacharlos con connotaciones negativas (únicamente cumplen su función, sin más). Cierto es que deben ser “cargados” con energía eléctrica, pero, si lo fueran a través de energía solar, por ejemplo, el daño al planeta sería mínimo.
Otro ejemplo: los plásticos, tan sobradamente utilizados y compuestos también por petróleo, también tienen una alternativa ecológica gracias a la fécula de patata y cuya desintegración es mucho más rápida que el actual.
En suma, debemos cambiar nuestro modelo basado en el petróleo y el carbón porque es posible. El rechazo al cambio parece generalizado, pero está impuesto por aquellos que se benefician del mantenimiento del modelo actual. Sabemos que dicho cambio debe ser progresivo, pero el empuje y la decisión deben ser firmes. Alternativas y dinero para ello hay, aunque sean muy pocos lo posean, pero el beneficio del capital invertido tardará en recuperarse, según ellos. Sin embargo, dicha inversión es una puesta segura, pues todos necesitamos la energía para subsistir en este mundo moderno en el que vivimos. Si queremos seguir viviendo en él, es hora de pasar a la acción. Esperemos que por el bien de todos, así sea.

"El movimiento Transition Town (Comunidad en Transición) consiste en poner en práctica iniciativas propuestas por individuos y comunidades en respuesta a los dos grandes retos del momento: el cambio climático y el cénit del petróleo." (http://www.ladyverd.com/articulo/467/transition_town_transicion_hacia_el_futuro.htm)




2) Sobre la desigualdad

Como el filosofo Friedrich Nietzsche dijo en su obra "Also Sprach Zarathustra" ("Así habló Zaratustra"): "Denn die Menschen sind nicht gleich: so spricht die Gerechtigkeit. Und was ich will, dürften sie nicht wollen!" ("Pues los hombres no son iguales: como dice la voz de la justicia. Y lo que yo quiero, ellos no lo deben querer!"). La frase parece paradójica, porque normalmente asociamos igualdad a un objectivo importante que está ligado a la justicia. Pero se tiene que ser cuidadoso: La palabra desigualdad es principalmente neutral, pero nosotros la identificamos como negativa - así como la palabra discriminación, que tiene su origen en la palabra latina discriminare, significa más o menos lo mismo que "distinguir". Entonces, desiguladad es "normal". Por tanto, una de las grandes cuestiones de la filosofía económica es: "¿cuándo la disegualidad es legitimada?'.
En el nivel de agregación social,  hay una desigualdad grandísima en cuanto a poder económico y, por lo tanto, también a nivel político.
Esta pregunta cambia el contexto de la frase de Nietzsche. Según nuestro juicio, él se refiere al derecho natural y, normalmente, cuando se trata de los animales, se habla de una competición sobre  los recursos. Pero la palabra competición en este contexto es un "falso amigo". No creemos que los animales compitan. El sistema de la naturaleza está equilibrado – al contrario que nuestra sociedad mundial. Nos parece cínica la pregunta si nuestra desigualidad mundial está legitimada o no, porque es solamente un disfraz de ortra pregunta: ¿cómo podríamos legitimar que somos 'más iguales' que en otras partes del mundo?

Pero vamos a volver al tema. A nuestro juicio, hay dos aspectos importantes para cada regulación política, como la conferencia de Copenhague: El primero son los políticos de alto poder. Hemos leído un artículo en la 'Süddeutsche Zeitung'. Mostraban una entrevista con el jefe de un banco suizo. Él dijó que lo más importante para un banquero es que  el dinero para él,  no le proporciona ni interés ni felicidad , porque los dos van a corromperlo. Lo mismo pasa con los políticos. Un político que sirve a su propio interés no puede servir al interés común. Él es el muñeco de la industria. Lo mismo ocurre con los países: un gobierno que está sólamente interesado en el bienestar de su pueblo, no va a ayudar ante problemas globales como el cambio climático.

El segundo hace referencia a un ciudadano maduro, que tiene una actitud común y social, y que entiende que no somos competidores por una causa que establece la ley natural, sino que entiende que debemos ayurdar a la gente carente de poder.

Por eso decimos que no tenemos demasiada confianza en esta Conferencia de Copenhague.



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