lunes, 18 de enero de 2010

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO?


Debemos resaltar que esta creación de nuestro propio blog nos ha posibilitado ser conscientes de que en Internet existen diferentes fuentes para el análisis de las que podemos hacer uso y que, bien utilizadas, tienen un carácter científico. Cierto es que las fuentes clásicas – obras sociológicas clásicas – no están contempladas en su totalidad en el medio, pero sí una gran parte de ellas a través de los libros electrónicos.

También hacer mención al hecho de que todas las etapas de nuestro trabajo han sido publicadas, lo que supone una estimulación diferente si uno sólo es consciente de que el trabajo sólo será leído por un profesor y de una sola vez. Referente al hecho de que sea publicado, decir que al ser leído por toda clase de público, no sólo por científicos sociales reales o potenciales, el estilo de escritura cambia, siendo éste más informal y no tan técnico.

También subrayar la incorporación al trabajo de imágenes, vídeos, que contextualizan el tema estudiado y que no es posible incluir en un trabajo convencional. De hecho, se hace imprescindible ya que el soporte de difusión es más dinámico.

Siguiendo con el argumento de la ruptura con los trabajos convencionales a los que estamos acostumbrados, destacar que se ha roto con la metodología de siempre que obliga a seguir paso por paso el informe de investigación, cambiando de manera radical su orden. Esto nos ha obligado a estar más pendiente y al día del tema y de la elaboración de dicho informe.

Decir por último que se ha tratado de una forma de trabajar atípica, fuera de lo convencional, y que por ello ha resultado bastante interesante y, a la vez, muy intenso.

CONCLUSIONES Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN PARA EL FUTURO


Conclusiones:


En la Conferencia de Copenhague se ha podido ver que la política internacional está dominada por la economía. Se puede explicar gran parte del resultado, del que se puede destacar la ausencia del acuerdo deseado y esperado en dicha Conferencia, a partir de una perspectiva economicista, quedando claro y de manera obvia que el dinero vale más que la protección del medio ambiente. Por tanto, los políticos han evidenciado que se preocupan más de las cuentas que de la protección del planeta, ignorando la urgencia del asunto en sí mismo.

Líneas a seguir en el futuro:
El comportamiento de los políticos en la Conferencia ante el medio ambiente y la manera de investigación se parecen en el punto que los dos son basado en la filosofía occidental. Con el ensayo de Niklas Luhmann 'Ökologische Kommunikation' hemos mostrado que esta filosofía no esta bien para entender los problemas que tenemos con el medio ambiente: El origen de nuestra arrogancia ante la naturaleza se encuentra en la idea del 'dominius terrae' de la filosofía cristiana y estoica. Más tarde lo se transformó en la distinción entre cultura y naturaleza. Esto llega al hecho que simplemente no podemos dejar la polución de la tierra, pero buscamos fanático maneras de resolver la polución – que produce nuevos problemas, que de nuevo intentamos de resolver.

Para los dos, una política mejora y para una análisis mejora, tenemos que dar cuenta a la unidad de la diferencia de sociedad y naturaleza. Si lo hayamos, quizás las problemas se resolverían si mismos.

Una consideración que estimamos imprescindible para la llegada de un acuerdo en la materia que nos ocupa, es decir, el cambio climático es el hecho de que se debe tomar conciencia de las diferentes opiniones y visiones que existen por parte de los países no occidentales. La imposición del discurso occidental en el ámbito de la vida política y social, dificultan el entendimiento y, por tanto, la posibilidad de consenso. Hay entonces que “desoccientalizar” la visión de cómo debe ser el mundo, cómo debe éste funcionar y ser conscientes de que las estructuras no son únicas, sino que existen una gran variedad y formas diferentes de contemplar la realidad. Sólo partiendo de cero, en igualdad de condiciones a la hora de concebir la situación y las distintas posibles soluciones, podremos dar un primer paso en la búsqueda de acuerdos. Las diferencias económicas ya son lo suficientemente determinantes que favorecen la situación de desigualdad entre los países del mundo. Debemos, por tanto, superar la brecha que se impone desde las opiniones y realidades diferentes concebidas por éstos con el fin de que en este ámbito, al menos, podamos acercarnos a la igualdad.

RESULTADO DE NUESTRO ANÁLISIS


El resultado de la Conferencia se explica desde la perspectiva economista de los participantes. Con el protocolo de Kioto, los países en vías de desarrollo no tuvieron que pagar nada y los países desarrollados pudieron financiar proyectos destinados a reducir emisiones en los países en vías de desarrollo para obtener un derecho orientado a poder mantener su producción actual de polución mayor respecto al medio ambiente. Los EE. UU. quisieron cambiar este sistema actual de reglas con el fin de que los países emergentes tengan la obligación de pagar también. La argumentación de los países con menos recursos económicos se ha centrado en el hecho de que ellos no son responsables, o al menos no poseen dicha responsabilidad en gran medida en el proceso de polución del medio ambiente del pasado. Por este motivo, no se había llegado a un acuerdo anteriormente y, como resultado de esta discrepancia, en la actualidad solamente tenemos un consenso mínimo que tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a dos grados, pero este acuerdo tampoco es obligatorio para los participantes.



Según nuestra opinión, el resultado muestra que se trató menos de una cuestión política, sino que más bien se ha producido un debate donde han primordiado los intereses económicos. Por eso proponemos una análisis de la perspectiva de la teoría de Niklas Luhmann: El sistema de la economía funciona según su propio código: tener / no-tener, del que se deriba el código: tener dinero / no-tener dinero, o brevemente, dinero / no-dinero. Su estructura está fundada con sus programas, que están representados por los precios, ya que todo lo que sea economía tiene que ser transformado en precios o ésta no puede observarlo. Lo mismo ocurre con el medio ambiente, que está representado en el sistema de la economía únicamente como cuentas. Por eso no se interesan en la preservacion del medio ambiente: mantener y mejorar las condiciones necesarias para la vida en el planeta, un valor que tiene que ser preservado etc., por el contrario,solamente es observado desde una perspectiva económica. Por ello, a nosotros nos parece contradictorio que los líderes del mundo, que tienen el papel de representar a los intereses de la humanidad o, al menos, de su pueblo, no podemos entender que sea analizado por éstos con este tratamiento economicista. Especialmente, si hacemos referencia al hecho de que en la reciente crisis económica, los Estados han gastado miles de miles milliones de dólares para preservar la economía.







Descripción de la conferencia

Nuestro blog trata de la quinceaba Conferencia Climática en Copenhague (COP 15). El tema dominante de esta Conferencia es hacer un contrato que sea sucesor del protocolo de Kioto, que acabará en 2012, para asegurar que la lucha contra el calentamiento de la tierra va a avanzar. Este es un asunto de gran importancia, ya que hasta las estimaciones y los pronósticos optimistas predicen que no tenemos mucho tiempo para llegar al punto en que el cambio climático y sus consecuencias van a ser irreversibles.

Los participantes de la Conferencia han sido los representantes de cada país del planeta casi en su totalidad. Entre ellos han estado presentes los representantes de los naciones industrializadas, con gran esperanza puesta en la presencia del nuevo presidente de los EE. UU., Barack Obama, quien, al contrario que su antecesor George W. Bush, parece más abierto y sensible a los asuntos de la protección del medio ambiente.

Fuera de los participantes oficiales, se ha podido apreciar la presencia de mucha gente: representantes de las ONGs., participantes de manifestaciones etc. Estos representantes no han mostrado mucha confianza respecto a la credibilidad de la Conferencia. Mencionable son las acciones de la O.N.G. “Greeepeace” que han disturbado la Conferencia y se han encontrado con sanciones que parecen innecesarias y graves. Una cosa que a nuestro juicio ha sido muy humilante es el hecho de que los manifestantes no han sido concntrados en cárceres convencionales, pero sí en salas multiuso semejantes a jaulas.





Reacciones antes de la Conferencia

Sobre las reacciones antes de la Conferencia, hemos establecido una categorizacion de tres tipos de actores: la industria, los politicos de los diferentes Estados del mundo y, por último, los actores políticos y ecologistas que no participan oficialmente en la conferencia de Copenhague. Por parte de la industria, nos hemos dado cuenta de que parece que ésta se muestra optimista y partidaria a los retos eocológicos y económicos del calientamiento del clima. Pero, por otra parte, las asociaciones de los ecologistas han lanzando muchas críticas, siendo la acusación primordial el hecho de que la economia tiene un comportamiento hipocrita.

Por parte de los politicos hemos apreciado que los interesses de los EE. UU. se basan primordialmente en el empeño de llegar a un acuerdo con el fin de que los paises en vía de desarollo pagen también por sus emisiones emitidas al medio ambiente. Los paises que están desallorándose, son contrarios a este acuerdo. Los países que ya han conseguido una industrialización acceptable como son China, Brasil o India, quieren ser más respetados y actúan como líderes de los países con menos recursos.

Por parte de las diferentes posturas políticas hemos hecho hincapié en aquellas ideologías que se acercan más a la izquierda y a la derecha. La primera tendencia ideológica es más sensible a la protección de medio ambiente, mientras que en la análisis de las páginas web de la derecha no había ninguna referencia sobre dicha Conferencia, así como del medio ambiente. Ellos la aprecian con sentimientos mixtos, y parece que no creen en un giro de la política, a diferencia de la ideología de izquierda, que sí que alberga una esperanza de cambio y de acuerdo entre países.





Resultados de la Conferencia

El resultado de la Conferencia ha sido muy pobre. Los EE. UU han querido cambiar el sistema de reglas del protocolo de Kioto consistente en el hecho de que los países en vías de desarrollo se incorporen al pago que pretende evitar el cambio climático. Sin embargo, la reacción de estos países, por el contrario, ha sido la adopción de la postura que argumenta su desacuerdo, ya que éstos no se sienten responsables de la polución del mundo. El único acuerdo al que ha sido posible llegar, está basado en un consenso mínimo que no es vinculante para los participantes. Este consenso consiste en la llegada a la meta de la limitación del aumento de la temperatura global a dos grados. Después de una Conferencia privada entre China, los EE. UU, África del sur, India y Brasilia, Barack Obama volvía a su país. El resultado de esta Conferencia fue rechazado después.

Respecto a la presencia en la Conferencia de Copenhague de los activistas de Greenpeace, Juan Lopez de Uralde, Nora Christiansen, Christian Schmutz y Joris Thijssen fueron encarcelado, después de una protesta en la cena de gala de la reina de Dinamarca. En la actualidad, después de 18 días, han sido puestos en libertad.



Análisis de poder

El cambio climático es real y nos afecta a todos, la mayoría de los científicos lo afirman. Por ello, a primera vista, es muy difícil para los ciudadanos entender las razones por el que no ha habido un acuerdo que frene el cambio climático. Entonces, ¿cuáles son las causas del fracaso de la Conferencia? La gran parte del fracaso es culpa de motivos económicos, como se afirma en el libro “Cómo hacer que funcione la globalización” de Joseph E. Stiglitz (Stiglitz 2006:211): “El calentamiento de la atmósfera es un problema global, pero nadie quiere pagar para arreglarlo. Todo el mundo quiere aprovecharse de los esfuerzos de los demás, pero es en interés de todos por lo que el mundo debería actuar colectivamente y hacer algo.” (Stiglitz 2006:226). Como problemas del Protocolo de Kyoto, Stiglitz menciona que se tiene que incluir a los países en vías de desarrollo para conseguir que los Estados Unidos ratifique el acuerdo; hay que encontrar la forma de obligar a que se cumplan los objetivos de cada país en la protección del medio ambiente. Además, hay que encontrar una forma técnica para reducir el coste de las emisiones.



El gran problema con el marco de Kioto es que tienen que acordarse las cuotas de reducción de emisiones justas para todos los países. El sistema actual tiene como referencia las emisiones del año 1990 de cada país, es decir, que se comprueba la cantidad de la contaminación de un país en 1990 con los actuales para saber cuanto más este país podrá contaminar en el futuro. El problema es que para los países en vías de desarrollo este sistema no tiene mucho sentido, porque se ven limitados en su derecho de desarrollarse de la misma manera que han seguido los países industrializados. No es difícil entender que podrían demandar el derecho de emitir la misma cantidad per cápita como los Estados Unidos, pero este es “unas siete veces superiores a las de China y doces veces por encima de la media de todos los países en vías de desarrollo” (Stiglitz 2006:228). De la misma manera, se podría argumentar que los Estados Unidos ya han contaminado más en el pasado, por eso en el futuro deberían contaminar menos, que es lo contrario al acuerdo actual de Kioto. Stiglitz propone que es necesario para el funcionamiento del protocolo de Kioto que se establezca un compromiso entre los objetivos basados en las emisiones por dólar de PIB (que estará más en favor de los EE.UU.) y los objetivos basados en las emisiones per cápita (que forzaría a los EE.UU. a hacer muchos más esfuerzos para incrementar su eficacia energética). Stiglitz concluye con que los argumentos de moral no funcionan en este contexto y, por eso, se debería usar el marco de la OMC (Organización Mundial del Comercio) para usar sanciones al Comercio Internacional. Él menciona un caso de sanciones en que los EE. UU implicaban a Tailandia, para obligarle a emplear en la pesca de gambas redes que no fueran perjudiciales para las tortugas, y amenazó con no comprar crustáceos pescados con ese tipo de redes. Según esto, la OMC estableció el principio de mantener el entorno global como algo lo suficientemente importante para suspender el acceso normal a los mercados, que la OMC garantiza a todos sus miembros, que cuando un país exporta productos que, de algún modo, lo ponen en peligro. Stiglitz propone que este caso podría servir como precedente “que debería aplicarse a las empresas norteamericanas que contaminan el aire con una alta concentración de gases invernadero.” (Stiglitz 2006:229) De esta manera los países que se han adherido al Protocolo de Kioto podrían imponer unas tasas o restringir las importaciones de aquellos productos norteamericanos que se fabrican con métodos que innecesariamente contaminan la atmósfera.

Otra opción sería la de considerar los daños al medio ambiente como cuentas que no son pagadas por las empresas estadounidenses, y esto sería una subvención encubierta que no estaría permitida según las reglas de la OMC. Cuando no es posible alcanzar un acuerdo en el marco que ofrece la O.N.U. y la conferencia de partidos (C.O.P.) a causa del desequilibrio de poder, la U.E. tiene que tardar demasiado en prestar atención a otras opciones como éstas orientadas a vencer a los EE.UU con “sus propios armas”, o sea, en un marco (el de la O.M.C.) que hasta ahora los EE.UU. usan casi siempre para sus propias ventajas.

Para finalizar, Stiglitz propone un marco alternativo a Kioto. El problema con el acuerdo de Kioto es que es muy difícil acordar las cuotas de cada país. Los años pasados también han enseñado que el negocio de emisiones no habían reducido efectivamente los emisiones (derstandard.at, 1.12.2009). Por eso, sería más justo y eficaz imponer una tasa global común sobre las emisiones de dióxido de carbono o imponer un gravamen al petróleo, el carbón y el gas, que reflejaran las emisiones que estos combustibles generan. La tasa debería ser suficientemente elevada para que conseguir una reducción global de las emisiones equivalente a la que figura en los objetivos del Protocolo de Kioto. También se podrían usar los ingresos de cada país para reducir otros impuestos como los del ahorro, los de la inversión o los del trabajo, que estimularían la economía. De este modo, se podría dejar de lado las “subvenciones” (indirectas) que el sector energético recibe ahora. Por lo tanto, es muy difícil hacer un acuerdo en el que todos los países acepten esta tipo de tasa también. Esto sólo sería posible si hubiera sanciones pare el comercio de todos los países que no lo introduzcan (Stiglitz 2006:237).

Este análisis enseña que si la constitución del poder entre la O.N.U. previese que los líderes del mundo se pongan de acuerdo, sí quedan herramientas económicas para los países poderosos como las que constituyen la U.E para acercarse a un sistema más en favor del medio ambiente.



derstandard.at (2009): Neue Klimasteuern derzeit "problematisch”. http://derstandard.at/1259280888055/Studie-Neue-Klimasteuern-derzeit-problematisch

Stiglitz, Joseph E. (2006): Cómo hacer que funcione la globalización.

Sobre el suceso de greenpeace

La organización ecologista greenpeace ha hecho acto de presencia en la Conferencia de Copenhague, con actos muy peculiares y llamativos, a los que nos tienen acostumbrados, para llamar la atención no sólo de la clase política sino de la opinión pública en general. El suceso que más ha sorprendido ha sido la detención policial de varios de sus representantes por haberse “colado” en la cena de gala de la reina de Dinamarca portando grandes pancartas pidiendo un acuerdo real a los representantes de los distintos Estados que frene el cambio climático al que está sometido nuestro planeta. La detención y carcelación de estos manifestantes ha durado 18 días, medida que de cara a la opinión pública ha sido excesiva, hasta su puesta en libertad.

Este hecho puede tener varias lecturas. Si tomamos como perspectiva de base los análisis del discurso tanto de Bourdieu como de Foucault, este hecho puede ser analizado a partir de la opresión que las instituciones públicas llevan a cabo, penalizando a todos aquellos ciudadanos que no cumplan las normas que ellos mismos han impuesto. La cárcel para el poder es necesaria para mantener el orden social, y todo aquel que se salga de dicho orden será castigado, en principio, para que éste pueda ser reeducado facilitando así su inserción en el conjunto de la sociedad. Para Bourdieu, muy en la línea de Foucault, el juego de poder impone sus normas: quien esté en contra de lo establecido, lo pagará. El juego, por tanto, se basa en la relación entre opresores y oprimidos. Los primeros decidirán sobre los segundos e impondrán su criterio de tal manera que conseguirán el comportamiento deseado para ellos por parte de los que están fuera de su poder sin que éstos lleguen a darse cuenta de su situación de opresión. Lo que ha pasado es que los representantes de greenpeace son conscientes de esta imposición y han demostrado que no quieren pertenecer a la servidumbre del poder. Conocen el sistema, el juego, y deciden salirse de éste aún sabiendo que dicho sistema los contempla como al sometido inconsciente y le impondrán penas aún más desorbitadas, como ha sido el caso, para demostrar su fuerza y hegemonía.

Pero la otra cara de la moneda es que, a pesar del “castigo” impuesto, la asociación y sus representantes han salido reforzados. Si normalmente sus actos de protesta en favor de la protección del medio ambiente han sido muy conocidos, esta última ha tenido una mayor repercusión. Los medios de comunicación tienen gran parte de culpa de la amplia difusión de la noticia, así como la dureza de las consecuencias que ha tenido este acto.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Opina sobre nuestra blog



Como bien sabéis, se está celebrando en Copenhague la Conferencia sobre cambio climático. Nosotros, en nuestro blog, llevamos dos meses analizando el proceso de preparación de los diferentes actores que participan en esta cumbre.
Esperamos vuestra opinión y que os resulte interesante......

NUESTRO MARCO TEÓRICO

En esta entrada vamos a dar más forma a nuestro punto de vista teórico. Hemos elegido dos grandes paradigmas: el funcionalismo y la escuela crítica, pero, para comenzar, hacer un pequeño esbozo del proyecto ilustrado, el cual se ha desvirtuado. por otro lado, para la metodología, elegiremos el análisis del discurso.


Partir, por tanto y antes que nada, del proyecto propuesto por la Ilustración apoyado en un sujeto ontológico universal, con dominio de la técnica y de la ciencia. Este proyecto es único y está conformado en torno a las tres esferas del ser humano: la técnico-práctica-científica, la ética y moral y la estético-artística La perversión de éste se produce cuando las tres esferas se van separando del proyecto y la técnico-científica, que se apoya en la racionalidad instrumental -que tiene como único objetivo el producto final, independientemente de los medios- adquiere el dominio sobre las otras, tomando como base la eficacia, la rentabilidad y la eliminación de lo no rentable o útil.

Enlazando con los paradigmas tomados, decir que el funcionalismo ve la sociedad como relaciones e interdependencias entre las diferentes partes de la sociedad. Hay dos importantes tipos de relaciones: la función y la capacidad. La función se establece entre las partes y el todo. Por ejemplo, la función de la economía puede ser – según Talcott Parsons – adoptada en sus diferentes formas por la sociedad. La política, por el contrario, da una dirección general a dicha sociedad.

La capacidad hace referencia a lo que una parte puede hacer por otra, por ejemplo, las leyes que reglan el mercado ponen de manifiesto la capacidad que el Estado tiene sobre la economía.

Haciendo un análisis sobre la Conferencia en Copenhague, se podría aplicar la teoría funcionalista ya que se está produciendo el concierto de diferentes sistemas parciales como son la política, la economía etc. a un nivel internacional.

Pero el funcionalismo es una corriente ideológicamente “neutral”. La escuela crítica, por el contrario, es menos una teoría en sí misma y más una manera de aplicar las teorías ya existentes. Elegimos no permanecer neutrales, sino posicionarnos, ya que el cambio climático es un asunto muy serio que va a afectar a toda la Humanidad. Este cambio está incitado por diversas causas, pudiendo destacar entre ellas la polución industrial. Aunque existen diferentes fuentes estadísticas, unas más alarmistas y otras más cautelosas, es importante destacar que esta última también estima que hay poco tiempo para la acción.

La escuela crítica considera los ensayos teóricos tradicionales de una manera afirmativa. Ellos destacan que la estructura social ya existe, está establecida, y que por ello, el cambio no va a ser posible.

Por ejemplo, la teoría de Marx concibe la sociedad estructurada en función de las relaciones económicas. En esta sociedad, la base engloba tanto a las relaciones de producción como a la técnica. En la parte superior de este “edificio” se encuentra la superestructura, contenida en ésta la cultura, incluida en la misma la religión, el tipo de gobierno, las Ciencias, etc. La superestructura es la que legitima la base y la que favorece el comportamiento servil de los miembros de una sociedad, así como el mantenimiento del sistema.

Por otra parte, hacer uso de las aportaciones teóricas de Bordieu, el cual es considerado dualista, claramente marxista, pero con matices.

Para el autor, el sujeto o actor social se crea en un determinado contexto social y actúa con unos fines prácticos, es decir, de manera práctica.

Bordieu realiza un análisis a partir de dos frentes: actores y prácticas por un lado, y estructura por otro. Según el autor, existe una relacion dialéctica entre los individuos y los grupos conservadores y entre los individuos y los grupos progresistas; por un lado encontramos a aquellos que quieren mantener la estructura y, por el otro, a aquellos que quieren cambiarla.

Bordieu critica el funcionalismo y la sociologia de la accion porque los considera análisis pobres. Para él, La Ilustracion está en peligro debido al creacionismo y a los poderes económicos y políticos.

Hemos decidido usar este punto de vista para analizar la Conferencia de Copenhague porque se puede considerar que se está produciendo un ensayo que puede favorecer un giro hacia una situación que sea positiva, pero dicho ensayo falla a causa del sistema existente a nivel general. Somos conscientes de que esto posee una connotación negativa y, por otro lado, se trata de un análisis idealista. A pesar de ello, y como hemos señalado anteriormente, este asunto es tan serio que no podemos permanecer neutrales.

MARCO TEÓRICO


En el argumento desde un punto de vista científico de la Conferencia de Copenhague, aparecen diferentes visiones en función del paradigma teórico adoptado. Entre dichos paradigmas se encuentran: el funcionalista, el estructuralista, el interaccionista simbólico y el crítico, todos ellos portadores de una perspectiva diferente del fenómeno que supone la Conferencia, es decir, la puesta en común de ideas a nivel internacional para solucionar un problema que a todos atañe.

El estructuralismo posee un discurso filosófico en el que la única posibilidad de conocer la realidad es a través del lenguaje. Según los estructuralistas el significante es anterior al significado, es decir, la realidad que percibimos está construida por el lenguaje. Los individuos están dominados por las estructuras del lenguaje (relativismo lingüístico). Somos el producto del lenguaje. De hecho, en esta Conferencia el lenguaje tiene un papel primordial en la búsqueda de consenso.

El funcionalismo hace referencia al hecho de que el estudio de la función de una práctica social o de una institución es analizar la contribución que una u otra hace a la continuidad de la sociedad en su conjunto. Por tanto, analizar la función de un elemento social implica mostrar el papel que representa en el funcionamiento de una sociedad.

El interaccionismo simbólico, por el contrario, presta más atención al individuo activo y creativo que cualquier otro enfoque teórico. Al igual que el estructuralismo, el interaccionismo simbólico surge por una preocupación por el lenguaje, pero es desarrollado en una dirección diferente. Según esta corriente, hemos aprendido a pensar en el objeto de un modo simbólico. Por tanto, esta forma de pensamiento nos libera de estar limitados en nuestra experiencia a lo que vemos, oímos o sentimos. Para los interaccionistas simbólicos, prácticamente toda interacción entre individuos conlleva, pues, un intercambio de símbolos.

La Teoría crítica cuestiona, fundamentalmente, el análisis funcionalista ya que éste atribuye a las sociedades cualidades que no poseen. A menudo los funcionalistas hablan como si éstas tuvieran “necesidades” y “objetivos”, aunque éstos conceptos sólo tengan sentido cuando se aplican a los seres humanos individuales. Por tanto, para los teóricos críticos las sociedades no están dotadas de voluntad o de objetivos; sólo los individuos humanos poseen estos atributos.

Dentro de cada paradigma, aparecen distintos teóricos que analizan la realidad social a partir de éstos, obteniendo de este análisis consecuencias o conclusiones diferentes.

El funcionalista John Lovelock, en su obra “La venganza de la tierra”, explica su concepto de la tierra que la denomina como Gaia. Para él, el cambio climático parece inevitable, solamente podemos intentar mantener “el mundo lo menos caliente posible” (p. 116). Desde este punto de vista, sus expectativas en la Conferencia de clima son demasiado grandes, ya que tiene la esperanza de que se produzca un giro en la política que permita detener, o al menos ralentizar, el cambio climático. Por tanto, para dicho autor, la política es un instrumento de confianza para que tenga lugar el giro necesario en esta materia.

Dentro del paradigma estructuralista-funcionalista se encuentra la aportación de Ulrich Beck. Él propone su teoría de la sociedad del riesgo (Weltrisikogesellschaft). Según ésta, los países se diferencian entre ellos a partir de la estimación de cada uno sobre el riesgo. Para la Unión Europea, el cambio del medio ambiente es considerado un riesgo mayor que, por ejemplo, el terrorismo. Sin embargo, el cambio climático es un reto internacional, que puede ser resuelto solamente a este nivel. La única idea o alternativa posible es la organización cooperativa internacional, política y económica. Beck muestra mucha confianza en la política y, por esto, la conferencia de Copenhague parece una buena opción para realizar un giro en la política de emisión y protección del medio ambiente.


El también estructuralista-funcionalista Niclas Luhmann, en particular en su obra teórica “Ökologische Kommunikation” explica su teoría de los sistemas sociales, aunque solamente su obra sobre la teoría de las organizaciones es más práctica. Pero hay una gran excepción a este respecto: El cambio climático, o dicho de una manera más general, cómo maltratamos el medio ambiente, parece un problema tan grave que él va a dejar de lado su neutralidad en este tema. En su libro “Ökologische Kommunikation” (que desgraciadamente no existe en español) el autor hace referencia a un problema fundamental en cuanto a nuestra relación con el medio ambiente: La distinción que siempre hacemos entre naturaleza y cultura. Como el autor expone, esta manera de pensar tuvo comienzo con la filosofía estoica y cristiana denominada “domina térrea” que dominaba el pensamiento. Esta idea cambia y aparece la idea de civilización contraria a la naturaleza. La falta que cometemos es que no respetamos la unidad de esta diferencia: vemos el medio ambiente como algo distinto de la cultura y no como dos caras de la misma moneda. Por lo tanto, intentamos inventar soluciones técnicas para los problemas que causamos con dicha técnica, con consecuencias que no podemos anticipar. Desde el punto de vista de Luhmann, la Conferencia sería por una parte positiva, en el sentido de que se puede concebir como un ensayo de la política que oficialmente intenta regular la situación- aunque, en realidad, es una mera ilusión para que la sociedad perciba que “se está haciendo algo”- Por otra parte, desde un punto de vista negativo, la Conferencia es solamente un espectáculo político que pretende hacer ver que se están produciendo cambios. Pero en realidad, no es la política sino el sistema industrial el que produce la polución. Por esto, la economía juega un papel fundamental en la posibilidad o no de un cambio.

Desde el paradigma crítico, expresan su pensamiento los autores Bourdieu (La distinction. Critique sociale du jugement) y Habermas (La teoría de la acción comunicativa). Bourdieu plantea que las relaciones de poder tienen gran papel en la política internacional. La Conferencia de Copenhague es un nexo complejo de intereses diferentes. Pero no todos los intereses valen lo mismo, sino todo lo contrario: Bourdieu interpreta la Conferencia como un “juego de poder“ en el que participan muchos actores: los diferentes Estados, con sus propios intereses políticos y económicos. La política, en este sentido, es un campo de lucha. Los actores van a usar su influencia para lograr sus objetivos. Desde esta perspectiva los grandes actores como los EE.UU. van a dominar el campo. Por lo tanto, Bourdieu pensaría acerca de la Conferencia que no van a producirse muchos cambios, ya que los intereses de los Estados/la economía todavía son los mismos. En el caso de haber cambios, éstos serían pequeños. Pero en general esta Conferencia es una praxis en la que permanecen las relaciones de poder que ya existen. El papel que juega el neoliberalismo en esta Conferencia es fundamental, ya que las leyes económicas están afectadas por un fundamentalismo del mercado que se está mundializando, provocando una paradoja: un proceso de despolitización que oculta un planteamiento muy politizado. Hay que recuperar la política, puesto que el enemigo, la ideología neoliberal, posee todos los tipos de capital y una dominación simbólica sin precedentes.

El teórico alemán Jürgen Habermas fue asistente de Theodor W. Adorno, en la escuela de Frankfurt. Adorno era muy pesimista en sus visiones del mundo y él endemonió la racionalidad. Habermas, por el contrario, mantiene el concepto de la racionalidad como algo positivo. Por eso, él destaca que en una situación comunicativa ideal, sin influencias externas – poder, dinero, género, edad, nacionalidad, etc. – sería posible una racionalidad comunicativa. Oficialmente, la Conferencia en Copenhague funciona según este ideal: todos los países son iguales. Pero en realidad los países son desiguales en su influencia: en relación a su poder y a su dinero. Y esto tiene gran impacto en los negocios. Por eso Habermas vería la Conferencia generalmente positiva, pero, al mismo tiempo, desde su punto de vista teórico, los negocios están muy influenciados por el 'sistema' y lejos del mundo de la vida. Por ello, unos resultados racionales y altruistas no son muy probables, si no que las países van a intentar lograr sus propias metas.

Desde el interaccionismo simbólico encontramos la aportación de Erving Goffman (The presentation of self in everday life). Normalmente la teoría de Goffman está destinada a analizar interacciones. Su idea puede ser trasladada a dos lugares: el escenario y el 'backstage'. En el escenario los actores hacen sus interacciones frente al público. Aquí dichos actores necesitan ser disciplinados para mantener la ilusión. Pero en el 'backstage' los actores prepararan el espectáculo y en este espacio social se puede hablar de manera más sincera. Así como en el Parlamento, donde los políticos tienen que argumentar contra la oposición, en realidad ellos quizás son amigos en la vida privada. Desde este punto de vista, la Conferencia “oficial” es el espectáculo ofrecido a los ciudadanos, que contienen saludos de sus líderes delante de las cámaras, la propaganda de los políticos, etc., pero el backstage es el lugar donde los políticos hablan con claridad y sin eufemismos y donde las decisiones son tomadas.

lunes, 7 de diciembre de 2009

12 días de esperanza

"Hay momentos en la historia en los que el mundo puede escoger ir por caminos diferentes. La Conferencia COP 15 sobre el Cambio Climático en Copenhague es uno de esos momentos decisivos. Podemos optar ir por el camino hacia una prosperidad verde y un futuro más sostenible." (Connie Hedegaard, Ministra para la Conferencia del Clima de las Naciones Unidas en Copenhague 2009)

La revista EL PAÍS reporta sobre un especial en la página web: http://www.elpais.com/especial/cambio-climatico/ 

El presidente de los Maldives, Mohamed Nasheed habla de la necesidad del liderazgo politico:
http://edition.cnn.com/2009/WORLD/asiapcf/12/07/maldives.president.nasheed.climate/index.html 

Eso solo son algunos pocos ejemplos, pero de todos modos el cumbre va a quedar el tema uno de los medios internacionales. Pero para nosotros todavía nada ha cambiado: Todos los factores políticos, diplomaticos y económicos son bastante complejos que todavía no han determinado el éxito o fracaso del cumbre - pero una cosa ya esta cierto: Un movimiento social de dimensión global ya se ha formado (por ejemplo: greenpeace) y va a ganar fuerza especialmente en el caso del fracaso del cumbre.